Posterior a la sesión, las personas sienten mucha calma y tranquilidad, como si se les quitara un gran peso de encima. Con los días tienen mayor claridad mental y se les hace más fácil tomar decisiones.

Me llena de alegría ver a quienes consultan cómo se van transformando a lo largo de las sesiones, que en la primera sesión vienen apagados, compungidos, sin embargo, en la cuarta sesión llegan con otra cara, mucho más contentos y radiantes, además de otra actitud.

Es muy lindo y motivador ver cómo se van resolviendo los distintos problemas, y que se van con mucho más de lo que llegaron, considerando que se van resolviendo más aspectos de los que tenían en mente al iniciar la terapia.